viernes, 1 de junio de 2012

Vejaciones


EL PRÓXIMO VIERNES SE CONOCERÁ LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL
Izq. Oscar Oro - Der. Dr. A. Castillo

La Dra. Anabel Rodríguez presidió el debate finalizado este viernes al mediodía con el alegato de las partes y el pedido de justicia realizado por el damnificado. Los tres imputados prefirieron no haber uso de su derecho a la última palabra. El Fiscal solicitó a la magistrada la imposición de una pena de dos años y seis meses de prisión y el doble de inhabilitación para Daniel Colemil, Walter Reynoso,  y Owen Paynter Almendra, por el delito de vejaciones. Por su parte el Dr. Alejandro Castillo por la querella, pidió además la declaración de responsabilidad por el delito de lesiones graves y solicitó la imposición de una pena de cuatro años de prisión y el doble de inhabilitación para ejercer cargos públicos. Los defensores, Daniel Sandoval y Carmen Galindo insistieron en que los acusadores no puntualizaron suficientemente las conductas atribuidas y requirieron la absolución de sus defendidos.

Pasados algunos minutos de las 9:00 de la mañana se realizaron los alegatos en la sala de audiencias del segundo piso de los Tribunales. Mientras el fiscal planteaba las conclusiones de su caso, la Dra. Rodríguez interrumpió la audiencia por la dificultad que le producía para escuchar a Oro, el sonido de redoblantes y matracas provenientes de la manifestación que un piso más abajo realizaban los empleados nucleados en el SITRAJUCH. Por acuerdo de las partes la audiencia siguió adelante con algunos ajustes en los micrófonos.

Dos lugares un delito
Juez Anabel Rodríguez

Oro sostuvo que todo lo probado en el juicio convalidó el relato de la acusación en el que se separaba el hecho en dos lugares. Uno en la vía pública donde se produjo la detención del joven víctima en este caso y el otro en el interior de la Comisaría Primera. "Fue golpeado salvajemente, vejado y detenido con violencia", sostuvo el acusador al referirse a los episodios del 8 de noviembre de 2009 a las 6:30 hs.  en el Barrio Ceferino.
Oro valoró el testimonio del damnificado que dio detalles de cada uno de los momentos en que fue agredido y precisó en qué etapa de los sucesos participó cada uno de los policías imputados. Luego de cerrar su análisis de la prueba, el fiscal sostuvo que actitudes como la que aquí se juzgan dan cuenta de policías que actúan como enemigos del ciudadano, por lo que no merecen estar en la fuerza policial ya que dejan mal parado al resto.

La querella

El Dr. Castillo resaltó que la policía acudió aquella madrugada a partir de un llamado de los custodios de un local bailable ubicado detrás del Hospital Zonal de Esquel. En el lugar, los asistentes al local habían iniciado una trifulca entre grupos antagónicos. Al llegar los uniformados, el joven víctima venía caminando por la calle 25 de Mayo, llegaba al lugar en ese momento en dirección a su casa. Le dieron la voz de "al suelo" y se arrojó sabiendo que nada malo había hecho. Una vez en el piso varios policías comenzaron a golpearlo aplicándole patadas y otros golpes por todo el cuerpo. Según la declaración del damnificado, lo tomaron de los pelos y a la rastra lo subieron al móvil sin esposarlo. "Yo creí que estaba muerto", dijo varias veces un testigo en el juicio.
Luego en el pasillo de la comisaría Reinoso le habría aplicado una patada desde atrás que le dejó una cicatriz que aún conserva. En ese recorrido recibió varios golpes en el rostro. Luego de esto habría sido trasladado al hospital y luego recuperó la libertad. Llegó a su casa, se tiró a la cama porque no se tenía en pie y cuando notó que le faltaba el aire fue al Hospital donde quedó internado y fue intervenido.
El querellante solicitó que se condene por los delitos de vejaciones y lesiones graves, indicando que en caso de no encontrar la juez prueba suficiente para estas calificaciones, supletoriamente los condene por haber omitido denunciar estos hechos que pueden ser catalogados de tortura, y de los que debieron tener conocimiento.

Justicia

Antes de ceder la palabra a los defensores, el damnificado habló. Resaltó que hasta ese momento él nunca había entrado a una comisaría, que él no había participado del disturbio que fueron a disuadir los policías, agregando también que él no tiene nada personal contra los imputados, solo quiere que se haga justicia ya que todo esto lo afectó físicamente, mentalmente y también afectó a su familia. Sostuvo luego que recordar todo no le hizo bien y quiere terminar con este tema para siempre.
Galindo y Sandoval - Detrás los imputados

El ataque de la defensa

Daniel Sandoval cuestionó una vez más la acusación, achacó a la Fiscalía falta de objetividad al momento de valorar la prueba, insistió en que no es claro el rol de cada uno de los imputados en el hecho, cuestionó la credibilidad de uno de los testigos y concluyó una vez más solicitando la nulidad del alegato.
También pidió el letrado que la juez no tome en cuenta los documentos en los que hay manifestaciones de los policías referidas a su participación en el procedimiento, sosteniendo que esto podría ser asimilado a obligarlos a declarar en su contra. También sostuvo que la víctima estaba alcoholizada esa noche y no pueden resultar creíbles sus dichos, como tampoco quedó a su criterio debidamente probado que la fractura de costilla se hubiera producido en el episodio de la detención. Finalmente pidió la absolución de su defendido.
La Dra. Galindo fue muy breve, basándose en que no quedó suficientemente acreditada la presencia y accionar de sus defendidos en estos hechos y por lo tanto estos deben ser absueltos.

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